EL ASESINATO DE ISABEL CARRASCO
La presidenta de la Diputación de León del PP, Isabel Carrasco, fue asesinada el 12 de mayo de 2014 por Montserrat González condenada a 22 años de cárcel y su hija Triana Martínez condenada a 20 años —esposa e hija del comisario de la Policía Nacional de Astorga, León— con la colaboración de la policía local Raquel Gago, condenada a 14 años de cárcel. Según dos testigos Montserrat disparó por la espalda a Isabel y la remató en el suelo de tres tiros a bocajarro en la cabeza.
En 2016 el documentalista Justin Weber realizó una miniserie documental de cuatro episodios sobre el crimen titulada “Muerte en León”. En 2019 estrenó el documental “Muerte en León: caso cerrado” donde se resumen la miniserie y se amplia con nueva información.
En unas oposiciones de la Diputación de Léón 35 de las 40 plazas terminan ocupadas por familiares de cargos del PP, muchos de ellos con notas de 9 y 10 tras haberse presentado a 4 oposiciones sin haber llegado en ninguna de las mismas al 5. Una de las opositoras denuncia el amaño. En el juicio la secretaria del PP de León declara que a éstos 35 familiares de cargos del PP que terminaron aprobando las oposiciones se les había entregado las preguntas del examen en la sede del PP. A ésta secretaria se la despide diciendo que tenía problemas mentales y se anula su testimonio en el juicio. Isabel hace circular el rumor de que la denuncia forma parte de una conspiración de sus enemigos para derrocarla y que destruyendo, desacreditando y hundiendo a la denunciante conseguirían que retirase la denuncia y con ello deshacer la conspiración en su contra. La denunciante declara en el documental que la gente empezó a hacerle el vacío por miedo a represalias por parte de Isabel y que miembros del PP llegaron a comentarle que había que contratar a un sicario para asesinar a Isabel. Se consiguió una condena por la vía de lo contencioso-administrativo que anuló contra todo pronóstico el TSJ tras un recurso de la Diputación de León. El fallo se recurrió al Tribunal Constitucional que años después de la muerte de Isabel responde no admitirlo a trámite sin fundamento alguno.
Trinidad entró enchufada en la Diputación de León por el anterior equipo de gobierno del PP como técnico de telecomunicaciones. Isabel Carrasco —que cobraba 120.000€/mes con dietas— creó una plaza fija de técnico de telecomunicaciones y convocó el examen para la oposición de dicha plaza. Según Trinidad Isabel le propuso tener sexo con ella a cambio de las preguntas del examen y al negarse se rompió la buena relación entre ambas. Trinidad intentó conseguir las preguntas por medio de otros cargos del PP pero finalmente la plaza se la llevó otra persona que renunció a la misma para ocupar otra plaza en otro ayuntamiento del PP en la comunidad de Castilla y León. Isabel suprimió la plaza tal y como había comentado a algún compañero del partido antes del examen, le reclamó judicialmente a Trinidad 11.000€ —algo que no se suele hacer— que había cobrado de más por estar trabajando en el sector privado mientras estaba en la diputación e impidió que nadie diese le trabajo. Trinidad dijo haber confesado el acoso sexual recibido por parte de Isabel al psiquiatra Tomás Ortiz Valero, fallecido con anterioridad a la celebración del juicio. Durante el juicio el psiquiatra Javier Ladrón de Guevara testificó que Montserrat actuó motivada por un proceso delirante en el que creía que Triana estaba siendo acosada por Isabel y que rechazaba todas las pruebas objetivas que se le ofrecían en contra. Las médicos forenses del juzgado declaran que Montserrat sabía perfectamente lo que hacía en todo momento.
Isabel Carrasco era odiada por muchos en León hasta el punto en el que se decía en ciertos círculos que había que contratar a un sicario para asesinarla. Guardaba dosieres secretos sobre sus adversarios —muchos de su propio partido— y la gente que la rodeaba que utilizaba para coaccionarlos si lo consideraba necesario. Sus adversarios dentro de su propio partido intentaron apartarla aprovechando un recuento erróneo durante las últimas elecciones que le daba la derrota. Llegaron a presentar a Mariano Rajoy una candidatura alternativa para presidir el PP en León que Rajoy rechazó. Fue entonces cuando dice Montserrat haber tomado la decisión de asesinarla a balazos rematándola en el suelo en plena calle.
Los testigos del crimen son una pareja de un policía jubilado y su esposa. Él sigue a Montserrat en su huida por la calle hasta su captura por la policía, apoyando la teoría de que ésta hace entrega del arma homicida a su hija Triana mientras la pierde de vista, teoría rechazada por la defensa que sostiene que se deshace de la misma arrojándola a la entrada de un garaje. Éste policía niega recordar haber hecho una llamada al 112 durante la persecución ni reconocerse en la grabación de la misma a pesar terminar por hacerlo su esposa.
Para la investigación del crimen el jefe superior de la Policía Nacional de Castilla y León envía al jefe de la policía judicial de Burgos y al jefe de la UDEV —parte a su vez de la policía judicial— de Burgos. En comisaría mantienen juntas a Montserrat y Triana a pesar de que lo normal es separar a las sospechosas para que se contradigan. Montserrat y Triana declaran en el juicio que en comisaría estos dos policías les dicen ser amigos de su padre —comisario de la Policía Nacional de Astorga— y del comisario de Valladolid y que convencen a Montserrat de que declarándose culpable, en contra del consejo de su abogado, Trinidad saldría absuelta según un artículo del Código Penal que le muestran. Los policías niegan todas estas acusaciones y declaran que Montserrat les confesó el crimen con la intención de inculparse para que Triana quedase libre y posteriormente hacerse pasar por loca para no ir a la cárcel. Así mismo declaran no haber visto a Raquel Gago hasta que ésta va a comisaría, a pesar de haber acudido a su vivienda cuando ésta llama avisando haber encontrado el arma del crimen en su coche, manipulan dicho arma antes de fotografiarla y evitan figurar en las actuaciones policiales.
En el registro de la vivienda de Trinidad y Montserrat se encuentra munición abundante y unos guantes de látex con restos de pólvora, además de abundantes fotos y documentos sobre Isabel Carrasco, como si para ellas fuese una persona desconocida a la que tuvieran que matar por encargo. Montserrat declara haber comprado el arma del crimen a un delincuente al que identifica en comisaría, casualmente ya fallecido. El abogado de la familia de Isabel Carrasco dice que de ninguna manera cree posible que Montserrat hubiese planificado ella sola el crimen sin recibir ayuda externa.
En el sumario del juicio aparecen las llamadas de Triana. Las personas con las que más hablaba eran Montserrat, Raquel Gago y Luís Estébanez, asesor del presidente de la Junta de Castilla y León, con el que el día anterior al crimen mantuvo una llamada de una hora y a quien llamó horas antes del crimen a su despacho y luego a su teléfono personal para mantener una conversación de 3 minutos. Cuando los realizadores del documental lo llaman éste cuelga diciendo que se escuchaba mal. Tras llamar éstos a la Policía Nacional que les cuentan que no se le había tomado declaración por no considerarlo relevante, éste los llama para decirles que hablaban asiduamente porque le estaba ayudando a buscar trabajo. Triana dice desde la cárcel que nunca habló de él porque lo consideraba “algo personal suyo”. El fiscal en excedencia del Tribunal Supremo Carlos Castrejana, dice en el documental que la policía tenía que haber investigado éstas llamadas haciéndolo constar por escrito y que ha podido no verse o verse y ocultarse. Al enviar esta información a la inspectora jefe de la Policía Nacional de León ésta responde que al no existir ningún otro indicio optó por no llamar a éste ni a ningún otro contacto de Triana y que desconocía que éste fuese asesor de un político importante en relación con Isabel. Los abogados de la familia de Isabel dicen estar sorprendidos por esta información, que en un principio no se la podían creer y que cabe cualquier hipótesis. El por entonces fiscal jefe de León Emilio Fernández comenta que dicha información no aparece en el sumario porque la Policía Nacional no debió considerarla relevante y que él tampoco la considera muy relevante, que la motivación del crimen fue simplemente el odio de las condenadas hacia Isabel y califica las incongruencias de los policías enviados desde Burgos de “errores tontos”.
Para investigar las llamadas de Triana del último mes antes del crimen la Policía Nacional solicita el registro a Vodafone, que les contesta que el teléfono correspondía a Movistar. No se llega a pedir nunca dicho registro a Movistar.
Los autores del documental elaboraron un informe como resultado de dos años de investigación en el que se sostiene que hubo ocultación de pruebas y se lo entregan a la Policía Nacional que responde que no hacen comentarios sobre un caso cerrado.
El director del documental comenta que el título del documental “Muerte en León: caso cerrado” (secuela de la serie documental de cuatro capítulos “Muerte en León”) es una ironía, pues no cree ni mucho menos que se haya llegado a conocer la verdad de lo ocurrido en el crimen de Isabel Carrasco y que se han encontrado con puertas cerradas que les han impedido indagar más allá. También comenta que al final de la serie el silencio de la prensa fue generalizado, salvo contadas excepciones, y que nadie preguntó a la policía.
El abogado de la familia de Isabel cree que el crimen fue dirigido por terceras personas, posiblemente enemigos de Isabel.
https://www.eldiario.es/cultura/cine/asesinato-Isabel-Carrasco-investigaron-deliberadamente_0_877013007.html
https://www.jotdown.es/2019/03/muerte-en-leon-de-asesinas-bichos-y-fracasos/
https://www.ileon.com/actualidad/059497/guerra-de-psiquiatras
http://www.rtve.es/noticias/20160121/policia-jubilado-propicio-detencion-acusadas-crimen-isabel-carrasco-penso-iban-disparar/1287820.shtml
Miniserie “Muerte en León”:
https://www.rtve.es/play/videos/muerte-en-leon/
Documental “Muerte en León: caso cerrado”:
https://www.youtube.com/watch?v=lWTptFHKlxA
https://www.youtube.com/watch?v=estX9dciSF0
https://www.youtube.com/watch?v=1G6gFt9cjS4
En 2016 el documentalista Justin Weber realizó una miniserie documental de cuatro episodios sobre el crimen titulada “Muerte en León”. En 2019 estrenó el documental “Muerte en León: caso cerrado” donde se resumen la miniserie y se amplia con nueva información.
En unas oposiciones de la Diputación de Léón 35 de las 40 plazas terminan ocupadas por familiares de cargos del PP, muchos de ellos con notas de 9 y 10 tras haberse presentado a 4 oposiciones sin haber llegado en ninguna de las mismas al 5. Una de las opositoras denuncia el amaño. En el juicio la secretaria del PP de León declara que a éstos 35 familiares de cargos del PP que terminaron aprobando las oposiciones se les había entregado las preguntas del examen en la sede del PP. A ésta secretaria se la despide diciendo que tenía problemas mentales y se anula su testimonio en el juicio. Isabel hace circular el rumor de que la denuncia forma parte de una conspiración de sus enemigos para derrocarla y que destruyendo, desacreditando y hundiendo a la denunciante conseguirían que retirase la denuncia y con ello deshacer la conspiración en su contra. La denunciante declara en el documental que la gente empezó a hacerle el vacío por miedo a represalias por parte de Isabel y que miembros del PP llegaron a comentarle que había que contratar a un sicario para asesinar a Isabel. Se consiguió una condena por la vía de lo contencioso-administrativo que anuló contra todo pronóstico el TSJ tras un recurso de la Diputación de León. El fallo se recurrió al Tribunal Constitucional que años después de la muerte de Isabel responde no admitirlo a trámite sin fundamento alguno.
Trinidad entró enchufada en la Diputación de León por el anterior equipo de gobierno del PP como técnico de telecomunicaciones. Isabel Carrasco —que cobraba 120.000€/mes con dietas— creó una plaza fija de técnico de telecomunicaciones y convocó el examen para la oposición de dicha plaza. Según Trinidad Isabel le propuso tener sexo con ella a cambio de las preguntas del examen y al negarse se rompió la buena relación entre ambas. Trinidad intentó conseguir las preguntas por medio de otros cargos del PP pero finalmente la plaza se la llevó otra persona que renunció a la misma para ocupar otra plaza en otro ayuntamiento del PP en la comunidad de Castilla y León. Isabel suprimió la plaza tal y como había comentado a algún compañero del partido antes del examen, le reclamó judicialmente a Trinidad 11.000€ —algo que no se suele hacer— que había cobrado de más por estar trabajando en el sector privado mientras estaba en la diputación e impidió que nadie diese le trabajo. Trinidad dijo haber confesado el acoso sexual recibido por parte de Isabel al psiquiatra Tomás Ortiz Valero, fallecido con anterioridad a la celebración del juicio. Durante el juicio el psiquiatra Javier Ladrón de Guevara testificó que Montserrat actuó motivada por un proceso delirante en el que creía que Triana estaba siendo acosada por Isabel y que rechazaba todas las pruebas objetivas que se le ofrecían en contra. Las médicos forenses del juzgado declaran que Montserrat sabía perfectamente lo que hacía en todo momento.
Isabel Carrasco era odiada por muchos en León hasta el punto en el que se decía en ciertos círculos que había que contratar a un sicario para asesinarla. Guardaba dosieres secretos sobre sus adversarios —muchos de su propio partido— y la gente que la rodeaba que utilizaba para coaccionarlos si lo consideraba necesario. Sus adversarios dentro de su propio partido intentaron apartarla aprovechando un recuento erróneo durante las últimas elecciones que le daba la derrota. Llegaron a presentar a Mariano Rajoy una candidatura alternativa para presidir el PP en León que Rajoy rechazó. Fue entonces cuando dice Montserrat haber tomado la decisión de asesinarla a balazos rematándola en el suelo en plena calle.
Los testigos del crimen son una pareja de un policía jubilado y su esposa. Él sigue a Montserrat en su huida por la calle hasta su captura por la policía, apoyando la teoría de que ésta hace entrega del arma homicida a su hija Triana mientras la pierde de vista, teoría rechazada por la defensa que sostiene que se deshace de la misma arrojándola a la entrada de un garaje. Éste policía niega recordar haber hecho una llamada al 112 durante la persecución ni reconocerse en la grabación de la misma a pesar terminar por hacerlo su esposa.
Para la investigación del crimen el jefe superior de la Policía Nacional de Castilla y León envía al jefe de la policía judicial de Burgos y al jefe de la UDEV —parte a su vez de la policía judicial— de Burgos. En comisaría mantienen juntas a Montserrat y Triana a pesar de que lo normal es separar a las sospechosas para que se contradigan. Montserrat y Triana declaran en el juicio que en comisaría estos dos policías les dicen ser amigos de su padre —comisario de la Policía Nacional de Astorga— y del comisario de Valladolid y que convencen a Montserrat de que declarándose culpable, en contra del consejo de su abogado, Trinidad saldría absuelta según un artículo del Código Penal que le muestran. Los policías niegan todas estas acusaciones y declaran que Montserrat les confesó el crimen con la intención de inculparse para que Triana quedase libre y posteriormente hacerse pasar por loca para no ir a la cárcel. Así mismo declaran no haber visto a Raquel Gago hasta que ésta va a comisaría, a pesar de haber acudido a su vivienda cuando ésta llama avisando haber encontrado el arma del crimen en su coche, manipulan dicho arma antes de fotografiarla y evitan figurar en las actuaciones policiales.
En el registro de la vivienda de Trinidad y Montserrat se encuentra munición abundante y unos guantes de látex con restos de pólvora, además de abundantes fotos y documentos sobre Isabel Carrasco, como si para ellas fuese una persona desconocida a la que tuvieran que matar por encargo. Montserrat declara haber comprado el arma del crimen a un delincuente al que identifica en comisaría, casualmente ya fallecido. El abogado de la familia de Isabel Carrasco dice que de ninguna manera cree posible que Montserrat hubiese planificado ella sola el crimen sin recibir ayuda externa.
En el sumario del juicio aparecen las llamadas de Triana. Las personas con las que más hablaba eran Montserrat, Raquel Gago y Luís Estébanez, asesor del presidente de la Junta de Castilla y León, con el que el día anterior al crimen mantuvo una llamada de una hora y a quien llamó horas antes del crimen a su despacho y luego a su teléfono personal para mantener una conversación de 3 minutos. Cuando los realizadores del documental lo llaman éste cuelga diciendo que se escuchaba mal. Tras llamar éstos a la Policía Nacional que les cuentan que no se le había tomado declaración por no considerarlo relevante, éste los llama para decirles que hablaban asiduamente porque le estaba ayudando a buscar trabajo. Triana dice desde la cárcel que nunca habló de él porque lo consideraba “algo personal suyo”. El fiscal en excedencia del Tribunal Supremo Carlos Castrejana, dice en el documental que la policía tenía que haber investigado éstas llamadas haciéndolo constar por escrito y que ha podido no verse o verse y ocultarse. Al enviar esta información a la inspectora jefe de la Policía Nacional de León ésta responde que al no existir ningún otro indicio optó por no llamar a éste ni a ningún otro contacto de Triana y que desconocía que éste fuese asesor de un político importante en relación con Isabel. Los abogados de la familia de Isabel dicen estar sorprendidos por esta información, que en un principio no se la podían creer y que cabe cualquier hipótesis. El por entonces fiscal jefe de León Emilio Fernández comenta que dicha información no aparece en el sumario porque la Policía Nacional no debió considerarla relevante y que él tampoco la considera muy relevante, que la motivación del crimen fue simplemente el odio de las condenadas hacia Isabel y califica las incongruencias de los policías enviados desde Burgos de “errores tontos”.
Para investigar las llamadas de Triana del último mes antes del crimen la Policía Nacional solicita el registro a Vodafone, que les contesta que el teléfono correspondía a Movistar. No se llega a pedir nunca dicho registro a Movistar.
Los autores del documental elaboraron un informe como resultado de dos años de investigación en el que se sostiene que hubo ocultación de pruebas y se lo entregan a la Policía Nacional que responde que no hacen comentarios sobre un caso cerrado.
El director del documental comenta que el título del documental “Muerte en León: caso cerrado” (secuela de la serie documental de cuatro capítulos “Muerte en León”) es una ironía, pues no cree ni mucho menos que se haya llegado a conocer la verdad de lo ocurrido en el crimen de Isabel Carrasco y que se han encontrado con puertas cerradas que les han impedido indagar más allá. También comenta que al final de la serie el silencio de la prensa fue generalizado, salvo contadas excepciones, y que nadie preguntó a la policía.
El abogado de la familia de Isabel cree que el crimen fue dirigido por terceras personas, posiblemente enemigos de Isabel.
https://www.eldiario.es/cultura/cine/asesinato-Isabel-Carrasco-investigaron-deliberadamente_0_877013007.html
https://www.jotdown.es/2019/03/muerte-en-leon-de-asesinas-bichos-y-fracasos/
https://www.ileon.com/actualidad/059497/guerra-de-psiquiatras
http://www.rtve.es/noticias/20160121/policia-jubilado-propicio-detencion-acusadas-crimen-isabel-carrasco-penso-iban-disparar/1287820.shtml
Miniserie “Muerte en León”:
https://www.rtve.es/play/videos/muerte-en-leon/
Documental “Muerte en León: caso cerrado”:
https://www.youtube.com/watch?v=lWTptFHKlxA
https://www.youtube.com/watch?v=estX9dciSF0
https://www.youtube.com/watch?v=1G6gFt9cjS4