JAMES GIORDANO
James Giordano fue uno de los tres médicos especialistas designados en un primer momento por el gobierno de EE.UU. para evaluar a los diplomáticos de su embajada en Cuba que supuestamente han sido víctimas de ataques con armas de microondas desde 2016.
https://www.neurobioethics.com/
Dr. James Giordano: El cerebro es el campo de batalla del futuro
Charla ofrecida en la Academia Militar de los Estados Unidos (West Point) el 29/10/2018.
La neurociencia/tecnología pone el cerebro a nuestro alcance:
En 2014 por primera vez se considera que las neurociencias tienen una aplicación práctica en seguridad y defensa con una mínima inversión: ya se considera viable evaluar, acceder y afectar al cerebro.
Tecnologías de evaluación:
Tecnologías de intervención:
Para afectar a la forma en la que el cerebro está construido y cómo funciona. Influencia en funciones motoras y no motoras: actitudes, creencias, pensamientos, emociones, actividades y vulnerabilidades relativas y predisposiciones de nuestros propios ejércitos —para mejorarlos—, así como de aquellos que puedan representar una amenaza.
Habla de disponer de la información y las herramientas para poder manipular a la población.
Rusia y China están recogiendo toda esta información de big data sobre su población para conocer qué hace a los individuos ser quienes son.
Cuanto más sabemos sobre las debilidades de los individuos, comunidades y poblaciones mayor será la posibilidad de utilizar medios informacionales sobre narrativas, iconografías y semiótica para influenciar las emociones y el comportamiento subliminalmente a través de imágenes computacionales y no subliminalmente a través de operaciones psicológicas.
Dispositivos de energía dirigida para afectar a la fisiología periférica y cerebral, como en el caso de los diplomáticos de Cuba y China, atacados con un arma neurológica de energía dirigida.
Interfaz cerebro-máguina: el proyecto N3 pretende crear una interfaz con una mínima implantación de una red de electrodos capaces de leer y escribir diferentes áreas del cerebro en tiempo real de forma remota.
¿Cómo podemos utilizar estos medios militarmente?
Podemos manipular su comportamiento y sus pensamientos para hacerlos más dóciles hacia lo que nosotros hacemos (armamento positivo) y podemos mitigar o anular su capacidad, voluntad o compromiso para la lucha. Si combinamos ambas definiciones podemos manipular pensamientos, vulnerabilidades, volatilidad para la violencia y agresión o infligir la muerte o disfunción hasta conseguir anular toda acción hostil.
Ésto crea una clasificación de dichas armas entre “blandas” y “duras”:
Blandas:
Duras:
Se puede utilizar la manipulación de datos biológicos en forma de arma al manipular en tu historial clínico información sutil que transforme la disposición a creer si estás enfermo o no, cambiar la forma en la que eres tratado a nivel sanitario, de aseguradoras y de tu capacidad para prestar servicio militar. Ésto se puede hacer en diversas, sutiles e insidiosas formas sobre una variedad de niveles diferentes afectando a personal clave que tenga como resultado volverte incapaz para servir militarmente. También se puede hacer a nivel grupal o poblacional. Se puede inventar que padeces una determinada enfermedad para que te traten mal o incorrectamente recibiendo tratamientos incorrectos o innecesarios que dañen tu salud y estabilidad.
Operadores/soldados neuromejorados:
En el libro Mind Wars de Jonathan Moreno se relata cómo desde los albores de la civilización se ha intentado aumentar las capacidades de los soldados.
Cuanto más sabemos sobre el cerebro podemos refinar con mayor precisión los agentes que afectan a las estructuras y funciones cerebrales, cognitivas, emocionales y de acción.
La estimulación cerebral de ciclo abierto y cerrado incluye:
Operadores de combate:
Nuevas armas neurológicas:
Guerra de información:
Desafíos y oportunidades:
El hecho de que en la investigación civil se prohiban el desarrollo militar de las neurociencias no impide que otros actores lo realicen. Ha solicitado al gobierno que se evaluen las capacidades y riesgos reales de dichas tecnologías desde el punto de vista militar.
Neurociencias/Tecnologías en el Escenario Mundial:
Las neurociencias y tecnologías ponen el cerebro a nuestro alcance:
Acceder y manipular sistemas neurológicos/cerebros para manipular pensamientos y emociones.
Lo que podemos hacer es provocativo…
Lo que deberíamos hacer (y cómo deberíamos hacerlo) sigue representando un dilema.
El tiempo que se tarda en trasladar un concepto en neurociencias a una aplicación práctica está entre los 5 y los 4 años. Los beneficios económicos, de notoriedad, biomédicos, de poder y militar, inteligencia y seguridad nacional son tremendos. También reconocemos que hay riesgos y posibles daños.
ON-RAMP: Paradigma Operacional de la Evaluación de Riesgos y Dirección en Neurotecnología:
“Hablando de un futuro a lo sumo a solo décadas vista, afirmó un experimentador en control de inteligencia: ‘preveo un momento en el que tendremos los medios y, por lo tanto, inevitablemente, la tentación de manipular el comportamiento y el funcionamiento intelectual de todas las personas a través de la manipulación ambiental y bioquímica del cerebro’”
Zbigniew Brezinski, Between Two Ages: America's Role in the Technetronic Era (1970) (Entre Dos Eras: El Papel de EE.UU. en la Era Tecnotrónica)
Ya estamos en ese momento y progresivamente iremos más allá.
Contingencias y Exigencias:
Consideraciones y Criterios:
¿Si otra potencia nos atacase con este tipo de armas cual se consideraría una respuesta comparable o de proporcionalidad apropiada?
En realidad creo que vamos a ir en esta dirección no solo ahora sino incluso más en el futuro.
Este tipo de armas están siendo desarrolladas por nosotros (EE.UU.), nuestros aliados y otros agentes.
Históricamente hemos visto como avances en medicina se han producido como consecuencia de los avances tecnológicos aplicados en el campo militar y la necesidad de mitigar los daños causados por éstos.
Qué Ética Utilizar?:
Claramente en los EE.UU., como en cualquier otra sociedad abierta, nuestro ejército tiene una transparencia relativa hacia la población en lo relativo a nuestras intenciones, objetivos y operaciones. Ciertas cosas se mantienen clasificadas confidencialmente: no le enseñas al equipo contrario tus jugadas maestras un viernes y esperas ganar la partida un domingo.
Si se utilizan las neurociencias/tecnologías militarmente la ética civil no es aplicable. ¿Qué ética militar utilizamos entonces? Si se utilizan no en una guerra abierta sino como agentes de disrupción ¿podemos decir entonces que podemos justificar su uso?¿Se puede justificar su utilización para evitar la guerra?
Operaciones psicológicas de redes narrativas podrían ser viables de cara a rebajar la volatilidad y vulnerabilidad hacia la violencia y la combatividad. De nuevo hemos de evaluar si la ética de la que disponemos es viable y sirve para llevarlo a cabo y cómo ésto puede interpretarse a escala internacional.
Neurociencia, Neurotecnología y Neuroética:
El incremento de conocimiento conlleva un gran poder...un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Hemos de medir dos veces y cortar una, asegurándonos de que el corte que hagamos será definitivo, correcto y con el que no nos cortemos nuestra propia garganta ni la de otros de manera irreparable.
https://www.neurobioethics.com/
Dr. James Giordano: El cerebro es el campo de batalla del futuro
Charla ofrecida en la Academia Militar de los Estados Unidos (West Point) el 29/10/2018.
La neurociencia/tecnología pone el cerebro a nuestro alcance:
- Para anticipar y aprovechar la neurociencia/tecnología en convergentes, multidisciplinarias aproximaciones al estudio, definición, predicción e influencia de ecologías humanas.
- Afectar a las actividades humanas a nivel individual, grupal y poblacional.
- Afectar a las relaciones humanas a escala local, regional y global.
- Ejercer influencia sobre las posturas y la agenda de seguridad nacional y defensa.
En 2014 por primera vez se considera que las neurociencias tienen una aplicación práctica en seguridad y defensa con una mínima inversión: ya se considera viable evaluar, acceder y afectar al cerebro.
Tecnologías de evaluación:
- Neuroimagen
- Grabación neurofisiológica
- Neurogenómica y genética
- Neuroproteómica
- Neurociberinformática
Tecnologías de intervención:
- Ciberenlace de manipulación neurocongnitiva
- Dispositivos de energía dirigida
- Nuevos fármacos
- Neuromodulación transcraneal
- Interfaces cerebro-máquina
- Neuromicrobios
- Neurotoxinas orgánicas
- Dispositivos nanoneurotecnologicos
Para afectar a la forma en la que el cerebro está construido y cómo funciona. Influencia en funciones motoras y no motoras: actitudes, creencias, pensamientos, emociones, actividades y vulnerabilidades relativas y predisposiciones de nuestros propios ejércitos —para mejorarlos—, así como de aquellos que puedan representar una amenaza.
Habla de disponer de la información y las herramientas para poder manipular a la población.
Rusia y China están recogiendo toda esta información de big data sobre su población para conocer qué hace a los individuos ser quienes son.
Cuanto más sabemos sobre las debilidades de los individuos, comunidades y poblaciones mayor será la posibilidad de utilizar medios informacionales sobre narrativas, iconografías y semiótica para influenciar las emociones y el comportamiento subliminalmente a través de imágenes computacionales y no subliminalmente a través de operaciones psicológicas.
Dispositivos de energía dirigida para afectar a la fisiología periférica y cerebral, como en el caso de los diplomáticos de Cuba y China, atacados con un arma neurológica de energía dirigida.
Interfaz cerebro-máguina: el proyecto N3 pretende crear una interfaz con una mínima implantación de una red de electrodos capaces de leer y escribir diferentes áreas del cerebro en tiempo real de forma remota.
¿Cómo podemos utilizar estos medios militarmente?
Podemos manipular su comportamiento y sus pensamientos para hacerlos más dóciles hacia lo que nosotros hacemos (armamento positivo) y podemos mitigar o anular su capacidad, voluntad o compromiso para la lucha. Si combinamos ambas definiciones podemos manipular pensamientos, vulnerabilidades, volatilidad para la violencia y agresión o infligir la muerte o disfunción hasta conseguir anular toda acción hostil.
Ésto crea una clasificación de dichas armas entre “blandas” y “duras”:
Blandas:
- Influencia económica
Mediante avances en neurociencia se consiguen ventajas económicas sobre otras naciones a través de medicina, tecnologías científicas y militares - Inteligencia (espionaje)
- Operaciones psicológicas
El proyecto Narrative Networks de DARPA pretende conocer cómo afectan informaciones, memes, imágenes, compromisos, etc a individuos, grupos y poblaciones para refinar operaciones psicológicas de propaganda que dirijan sus comportamientos o predisposiciones desde lo individual a lo político.
Duras:
- Herramientas de influencia/disuasión física:
- Drogas y agentes químicos
- Biológicas: microbios y toxinas
- Dispositivos
- Neurotecnologías
- Sistemas cyborg (drones biológicos)
Se puede utilizar la manipulación de datos biológicos en forma de arma al manipular en tu historial clínico información sutil que transforme la disposición a creer si estás enfermo o no, cambiar la forma en la que eres tratado a nivel sanitario, de aseguradoras y de tu capacidad para prestar servicio militar. Ésto se puede hacer en diversas, sutiles e insidiosas formas sobre una variedad de niveles diferentes afectando a personal clave que tenga como resultado volverte incapaz para servir militarmente. También se puede hacer a nivel grupal o poblacional. Se puede inventar que padeces una determinada enfermedad para que te traten mal o incorrectamente recibiendo tratamientos incorrectos o innecesarios que dañen tu salud y estabilidad.
Operadores/soldados neuromejorados:
- Neuropsicofármacos avanzados
- Interfaces cerebro-computadora
- Aproximaciones de estimulación cererbral de ciclo cerrado
- Dispositivos de aumentación neurosensorial
En el libro Mind Wars de Jonathan Moreno se relata cómo desde los albores de la civilización se ha intentado aumentar las capacidades de los soldados.
Cuanto más sabemos sobre el cerebro podemos refinar con mayor precisión los agentes que afectan a las estructuras y funciones cerebrales, cognitivas, emocionales y de acción.
La estimulación cerebral de ciclo abierto y cerrado incluye:
- Estimulación transcraneal magnética y eléctrica
- Estimulación transdermal del nervio vago
- Interfaces cerebro-computadora por medio de implantes cererbrales superficiales y profundos: uno de los programas más ambiciosos en el desarrollo de implantes cerebrales es un proyecto financiado por DARPA dirigido al tratamiento médico de transtornos neurológicos y neuropsiquiátricos llamado SUBNETS, que como cualquier otro avance en neurociencias puede tener una aplicación dual: médica o militar. Otros países aliados y no aliados/hostiles tienen programas similares de aplicación militar que pueden ser utilizados no solo para mejorar a los soldados sino también contra oponentes.
Operadores de combate:
Nuevas armas neurológicas:
- Fármacos y neurotoxinas orgánicas:
- Dosis ultra-bajas de agentes de alta especificidad para atacar a líderes de grupos, sociedades o poblaciones: se intoxica con dosis muy bajas de un fármaco o neurotoxina a un lider afectando a su estabilidad mental, la forma en la que su cerebro funciona, sus funciones, sus patrones de pensamiento, sus emociones resultando en una incapacidad total o una disminución de capacidad, cambiando sus opiniones e ideas. Sus seguidores terminarían siguiéndole ciegamente o rompiendo la confianza que en él depositaban, lo que destruiría su posición de poder, dejando así a la población vulnerable a una intervención hostil exterior como un golpe de estado para reemplazar al lider.
- Agentes neuromicrobiológicos de alta morbilidad
- Neuromicrobios con alto índice de síntomas neuropsiquiátricos para inducir pánico/efectos desintegradores en la salud pública
- Microbios editados genéticamente para aumentar sus efectos de morbilidad/mortandad
Entre 12 y 240 afectados entre la población serían suficientes para quebrar el sistema nacional de salud de EE.UU. en 45 días. Los afectados recurrirían a internet donde los autores del ataque alimentarían el pánico e hipocondría de la población publicando haber infectado a muchas más personas, colapsando así los servicios del sistema de salud, con lo que se haría vulnerable la infraestructura del país. Se pueden conseguir efectos disruptivos desde el nivel celular hasta el tejido social y geopolítico.
- Agentes de nano-neuropartículas
- Nanofibras de plomo/carbón-silicato de alta agregación al sistema nervioso central (disruptores de redes neuronales).
- Agentes causantes de hemorragias neurovasculares que pueden usarse para inducir epidemias de accidentes cerebro-vasculares.
Pueden crear enjambres de nanorobots que se difunden en aerosoles de materiales biopenetrables que pueden integrarse en cualquier tipo de tejido corporal, en el sistema vascular para crear trombos o distribuirse por el cerebro. En todos estos casos se pueden utilizar como armas de tal forma que son prácticamente imposibles de detectar y por lo tanto difícilmente atribuibles. Pueden distribuirse en drones, insectos, etc.
- Agentes de inmobilización neurosensorial
- Estimuladores sensoriales de alto rendimiento (transmitidos a través de drones o insectos)
- Estimuladores de pulsos trans e intracraneales
- Disruptores de redes neuronales (“generadores de confusión”; transmitidos manualmente, por drones o insectos)
Guerra de información:
- “Neuro-Ops” Tácticas de Realidad Alterada
- Alteración de la función temporal neural acoplada corticalmente (“time warpers”)
- Disrupción cognitivo-emocional inducida farmacológicamente+neuroestimulación
Desafíos y oportunidades:
- Facilidad relativa de las neurociencias/tecnologías
- Disponibles para su uso
Para su consumo directo o para científicos. Pueden ser modificados fácilmente para aumentar su potencial armamentístico. - Esfuerzos dedicados
- Naciones y actores independientes
Inclusive naciones virtuales que usan monedas virtuales para financiar investigación en estas áreas
- Naciones y actores independientes
- Disponibles para su uso
- Reconocimiento de la viabilidad de uso
- Variedad de aplicaciones
- La falta de compromiso en la investigación y desarrollo neurocientífico/tecnológico no impide similares iniciativas por parte de otros actores
- Puede aumentarla
- Dificultad de garantía global
El hecho de que en la investigación civil se prohiban el desarrollo militar de las neurociencias no impide que otros actores lo realicen. Ha solicitado al gobierno que se evaluen las capacidades y riesgos reales de dichas tecnologías desde el punto de vista militar.
Neurociencias/Tecnologías en el Escenario Mundial:
- Predicciones económicas globales sobre neurociencias/tecnologías para 2020:
Para 2025 más del 50% de la investigación, desarrollo y evaluación en el uso general de neurociencias/tecnologías con posibles aplicaciones militares se producirá fuera de occidente.- China
- Estimado un 60-68% de aumento económico en investigación, desarrollo, prueba y evaluación (IDPE) para 2025
- Estimado un 50-53% del mercado para 2025, una forma de guerra económica
- Rusia
- Irán
- Corea del Norte
- Actores no nacionales
Grupos de biohackers vulnerables a ser infiltrados. El FBI mantiene contacto permanente con estos grupos para impedir su infiltración - Naciones virtuales
Fuera de regulaciones y controles mediante monedas virtuales
- China
Las neurociencias y tecnologías ponen el cerebro a nuestro alcance:
- Posible uso como armas de destrucción masiva
- IPDE/uso limitado en parte por las convenciones sobre armas químicas y biológicas
- Pero, como armas de DISRUPCIÓN masiva:
- IDPE no necesariamente limitado por convenciones sobre armas químicas o biológicas por lo que se pueden desarrollar sin control e in situ, sin necesidad de grandes almacenajes
- Altamente efectivo
- Su uso puede ser oculto/no atribuible
- Produce efectos de onda expansiva a diferentes niveles y escalas, individuales, grupales, sociales y geopolíticas. Se puede obtener gran poder con su uso
Acceder y manipular sistemas neurológicos/cerebros para manipular pensamientos y emociones.
Lo que podemos hacer es provocativo…
Lo que deberíamos hacer (y cómo deberíamos hacerlo) sigue representando un dilema.
El tiempo que se tarda en trasladar un concepto en neurociencias a una aplicación práctica está entre los 5 y los 4 años. Los beneficios económicos, de notoriedad, biomédicos, de poder y militar, inteligencia y seguridad nacional son tremendos. También reconocemos que hay riesgos y posibles daños.
ON-RAMP: Paradigma Operacional de la Evaluación de Riesgos y Dirección en Neurotecnología:
- Evaluar las capacidades/limitaciones de las neurociencias/tecnologías
- Evaluar los parámetros de uso posibles
- Evaluar parámetros de beneficio-riesgo-daño
- Situar en los contextos de aplicación
“Hablando de un futuro a lo sumo a solo décadas vista, afirmó un experimentador en control de inteligencia: ‘preveo un momento en el que tendremos los medios y, por lo tanto, inevitablemente, la tentación de manipular el comportamiento y el funcionamiento intelectual de todas las personas a través de la manipulación ambiental y bioquímica del cerebro’”
Zbigniew Brezinski, Between Two Ages: America's Role in the Technetronic Era (1970) (Entre Dos Eras: El Papel de EE.UU. en la Era Tecnotrónica)
Ya estamos en ese momento y progresivamente iremos más allá.
Contingencias y Exigencias:
- Rectitud técnica de toda/cualquier neurociencia/tecnología en NSID
- Variables situacionales relacionadas con el uso de NSID
- Evaluación y/o revisión de conceptos éticos para guiar dicho uso
- Marcos de trabajo para establecer/ejecutar el compromiso ético
Consideraciones y Criterios:
- Hay menos daño al usar la neurociencia/tecnología en cuestión
- Si un individuo o grupo supone una amenaza inmediata, la neurociencia/tecnología más efectiva con menor daño debería utilizarse para mitigar dicha amenaza
- El uso de neurociencia/tecnología debería ser admisible por las leyes internacionales
- Si se usa en labores de inteligencia, debería utilizarse en informaciones pertinentes en el transcurso de investigaciones/problemas de seguridad
- Tendría que haber otras pruebas para sustanciar el uso de neurociencia/tecnología.
- Tendría que haber una necesidad anterior válida y/o defendible para el uso de neurociencia/tecnología en determinadas circunstancias
- Investigación continuada, y una postura crítica y de revisión son obligatorias a cualquier/toda consideración de uso posibles
¿Si otra potencia nos atacase con este tipo de armas cual se consideraría una respuesta comparable o de proporcionalidad apropiada?
En realidad creo que vamos a ir en esta dirección no solo ahora sino incluso más en el futuro.
Este tipo de armas están siendo desarrolladas por nosotros (EE.UU.), nuestros aliados y otros agentes.
Históricamente hemos visto como avances en medicina se han producido como consecuencia de los avances tecnológicos aplicados en el campo militar y la necesidad de mitigar los daños causados por éstos.
Qué Ética Utilizar?:
- “Civil”
- Neurociencia/tecnología?
- Bio-médica?
- Militar?
- Derecho de guerra?
- Derecho contra la guerra?
- Relevancia Global?
Claramente en los EE.UU., como en cualquier otra sociedad abierta, nuestro ejército tiene una transparencia relativa hacia la población en lo relativo a nuestras intenciones, objetivos y operaciones. Ciertas cosas se mantienen clasificadas confidencialmente: no le enseñas al equipo contrario tus jugadas maestras un viernes y esperas ganar la partida un domingo.
Si se utilizan las neurociencias/tecnologías militarmente la ética civil no es aplicable. ¿Qué ética militar utilizamos entonces? Si se utilizan no en una guerra abierta sino como agentes de disrupción ¿podemos decir entonces que podemos justificar su uso?¿Se puede justificar su utilización para evitar la guerra?
Operaciones psicológicas de redes narrativas podrían ser viables de cara a rebajar la volatilidad y vulnerabilidad hacia la violencia y la combatividad. De nuevo hemos de evaluar si la ética de la que disponemos es viable y sirve para llevarlo a cabo y cómo ésto puede interpretarse a escala internacional.
Neurociencia, Neurotecnología y Neuroética:
El incremento de conocimiento conlleva un gran poder...un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Hemos de medir dos veces y cortar una, asegurándonos de que el corte que hagamos será definitivo, correcto y con el que no nos cortemos nuestra propia garganta ni la de otros de manera irreparable.
Convertir al cerebro en un arma: los avances en neurociencias precipitan el debate
5/11/2017
Por James Giordano
El rápido avance de las neurociencias y sus tecnologías correspondientes ha generado un interés renovado y creciente tanto en su desarrollo como en las preocupaciones éticas sobre el uso de tales técnicas y herramientas en contextos militares y de seguridad.
En 2008, el Consejo Nacional de Investigación de las Academias Nacionales de Ciencias informó que las neurociencias tenían potencial para aplicaciones militares y bélicas, pero aún no eran completamente viables para uso operativo. Sin embargo, en 2014, un informe posterior de las Academias Nacionales, “Tecnologías Emergentes y de Fácil Disponibilidad y Seguridad nacional: un marco para abordar cuestiones éticas, legales y sociales”, coincidió con una serie de informes oficiales del grupo de evaluación estratégica multicapa de la Junta de Jefes del Estado Mayor, y un Informe del Consejo Nuffield de 2013, indicando que los desarrollos en el campo habían progresado en la medida en que las neurociencias eran viables, de valor definitivo y una preocupación real para el ejército.
Esta línea de tiempo es importante, ya que refleja la capacidad rápida e iterativamente más sofisticada para crear y explotar métodos y tecnologías neurocientíficas para acceder al cerebro y evaluar y afectar sus funciones de cognición, emoción y comportamiento.
Los avances en neurociencias podrían usarse para crear "súper soldados", vincular cerebros con sistemas de armas para comando y control, o incluso manipular a grupos o líderes para tomar medidas que normalmente no tomarían.
Obviamente, los nuevos desarrollos en neurociencias pueden aprovecharse para mejorar la atención neurológica y psiquiátrica dentro de la medicina militar, y varios programas en curso del Departamento de Defensa lo están haciendo. La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa, la Investigación Médica del Ejército y el Comando de Material y la Oficina Naval de Medicina y Cirugía están generando nuevas técnicas y tecnologías para el tratamiento de lesiones cerebrales, enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y la enfermedad de Alzheimer, y ciertas afecciones psiquiátricas, como el trastorno por estrés traumático y la depresión.
Sin embargo, también existe un potencial considerable para segundas aplicaciones de métodos y herramientas neurocientíficas que se extienden más allá del campo sanitario. Muchos de estos pueden llegar al campo de batalla.
Estos incluyen el uso de diversos fármacos y formas de neurotecnologías como el neurofeedback, la estimulación magnética y eléctrica transcraneal, y quizás incluso dispositivos implantables para entrenamiento y optimización del rendimiento del personal de inteligencia y combate. Las interfaces cerebro-computadora podrían usarse para controlar aviones, barcos o vehículos no tripulados. Los usos militares y bélicos también implican el desarrollo y la participación de agentes —como drogas, agentes microbianos, toxinas— y "armas neurológicas", para afectar el sistema nervioso y modificar los pensamientos, sentimientos, sentidos, acciones y la salud de los oponentes o —en algunos casos— incurrir en consecuencias letales.
El uso de tecnologías neurocientíficas para optimizar el rendimiento del personal militar podría llevar potencialmente a la creación de "súper soldados". Esto sigue siendo un tema provocativo y polémico.
Desde un punto de vista positivo, tales enfoques podrían —y posiblemente deberían— emplearse para prevenir la guerra. Por ejemplo, el personal de inteligencia y el personal militar que tienen mayores capacidades cognitivas, emocionales y/o conductuales podrían detectar amenazas con mayor facilidad y habilidad, funcionar en condiciones difíciles con menos estrés y tener mayor sensibilidad a las señales y matices socio-culturales y físicos en ambientes foráneos. Podrían ser más efectivos a la hora de minimizar el riesgo de violencia.
Estos objetivos llevaron a esfuerzos como el programa de Contenido Sociocultural en Lenguaje de la Actividad de Investigación de Inteligencia Avanzada y el programa Metáfora, que intentaron mejorar la comprensión de las normas culturales lingüísticas y emocionales. El programa de Redes Narrativas de DARPA tenía como objetivo utilizar la ciencia y la tecnología neurocognitiva para mejorar las narrativas en contextos socioculturales.
Por otro lado, existe preocupación por los efectos negativos que el campo podría tener sobre la salud de los individuos "modificados neurológicamente". Hay dudas sobre el uso de tales enfoques para convertir a los combatientes en autómatas amorales y combativos, y se cuestionan las responsabilidades y cargas en las que se puede incurrir —y ser soportadas por— el ejército, y tal vez la sociedad en general, cuando se trata de tales efectos.
Pero mientras que tales preguntas e inquietudes pueden sugerir la necesidad de una pausa reflexiva, es importante tener en cuenta que la investigación sobre el cerebro y sus tecnologías correspondientes son cada vez más internacionales, y una serie de países como China y Rusia, y algunos aliados de EE.UU. se dedican a estas actividades y están interesados en su viabilidad y uso militar. Esto crea una situación que tiende a sostener, si no a avanzar el ritmo y el alcance de la investigación, el desarrollo y la incorporación de las tecnologías neurocientíficas en el espionaje y las iniciativas militares.
La internacionalización de las neurociencias, tomada junto con la velocidad de su progreso, fomenta preocupaciones adicionales sobre el desarrollo y el uso de armas neurológicas.
Si bien los acuerdos internacionales existentes sobre armas biológicas y químicas, como los Convenios de La Haya, el Protocolo de Ginebra y el Convenio sobre Biología, Toxinas y Armas, limitan la investigación institucional, el almacenamiento y el comercio internacional de ciertas toxinas y agentes neuro-microbiológicos como la ricina y el ántrax, algunas sustancias neurobiológicas y tecnologías desarrolladas para productos médicos fácilmente disponibles en el mercado podrían no estar dentro de las normativas internacionales vigentes.
Estos incluyen medicamentos neurotrópicos creados en laboratorios farmacéuticos, bio-reguladores —definidos como sustancias que afectan los procesos biológicos, como los opioides y otros péptidos— y tecnologías neuromoduladoras como dispositivos de estimulación cerebral transcraneal o profunda.
Y, como se señaló en el informe de la Academia Nacional de Ciencias de 2008, los productos destinados al mercado de la salud pueden ser —y con frecuencia lo son— estudiados y desarrollados para un posible uso en aplicaciones militares. En los Estados Unidos, cualquier actividad de este tipo en los programas financiados con fondos federales estaría sujeta a supervisión de conformidad con las políticas de doble uso, lo que refleja la tendencia general de las actuales convenciones internacionales sobre armas químicas y biológicas.
Pero eso deja una brecha que los gobiernos extranjeros podrían explotar utilizando la investigación en salud como un velo para perseguir nuevas tecnologías neurocientíficas militares, y protegiendo sus actividades detrás de las normativas comerciales que protegen los intereses de propiedad y la propiedad intelectual.
Otra preocupación es que los agentes no estatales pueden obtener o desarrollar sustancias neurobiológicas y neuroquímicas y ciertas neurotecnologías con relativa facilidad. Es de destacar la creciente comunidad mundial de científicos biohackers autodidactas, que pueden contar con el apoyo de capital de riesgo avalado por el estado con la intención explícita de alterar la seguridad pública, la estabilidad y la salud; y quienes pueden operar sin tener en cuenta las regulaciones definidas por los tratados y convenciones vigentes.
La creciente disponibilidad de herramientas para la neurobiología autodidacta, como los kits de edición de genes que pueden emplearse para modificar genéticamente agentes microbianos y toxinas existentes y hacerlos más potentes o letales, aumenta la probabilidad tanto de su uso, como de los riesgos y amenazas que estas técnicas y sus productos representan para la seguridad nacional.
El exdirector de Inteligencia Nacional James Clapper declaró el año pasado que debería considerarse el potencial de la edición de genes para crear armas biológicas.
El impacto de las armas neurológicas es igualmente importante. Si bien los agentes nerviosos como el sarín o patógenos como el ántrax pueden inducir efectos un tanto generalizados, otras armas neurológicas más sofisticadas no deben considerarse armas de destrucción masiva, sino más bien "armas de disrupción masiva", a menudo con sutiles, aunque intensificantes efectos.
Por ejemplo, las drogas que actúan neurológicamente pueden usarse para atacar selectivamente los pensamientos, sentimientos y acciones de un individuo, como un líder político o militar, para evocar un cambio en sus ideas, emociones y comportamiento. Esto podría afectar a los dirigentes, influyendo en sus perspectivas y acciones hacia la conformidad o la disonancia.
Ciertos medicamentos neuroactivos, toxinas y/o agentes microbianos también pueden usarse contra objetivos a gran escala para incurrir en un "efecto cascada" dentro de un grupo, comunidad o población. Por ejemplo, estos agentes podrían dispersarse para producir "casos centinela" de individuos que presentan síntomas neuro-psiquiátricos y físicos. La atribución como acto terrorista y la información errónea que la acompaña sobre síntomas destacados y en aumento —como ansiedad, insomnio y paranoia— podrían propagarse a través de Internet.
Esto tendería a amplificar las reacciones entre un número cada vez mayor de miembros del grupo o la población, que luego buscarían atención médica y, por lo tanto, provocarían una carga cada vez mayor en el sistema de salud pública, aunque solo fuera a corto plazo.
Los subsiguientes mensajes en internet de narrativas dirigidas a denigrar cualquier respuesta gubernamental al tratar de calmar las preocupaciones y la reacción pública ante la "amenaza", podrían usarse tanto para fomentar la disolución de la confianza pública como para aumentar la disrupción social. Solo hay que recordar la respuesta pública a la distribución muy limitada de ántrax en las semanas posteriores a los ataques del 11 de septiembre para evidenciar la viabilidad y los posibles efectos de tales tácticas.
Sin duda, las neurociencias no son el único ámbito para el desarrollo de nuevas herramientas y armas. Sin embargo, les confieren poderosas capacidades para afectar a "mentes y corazones" y, por lo tanto, ofrece una ventaja clara y presente en las operaciones militares y bélicas.
El reconocimiento y una evaluación realista de estas capacidades —y sus límites— son pasos cruciales para la alerta y respuesta. En estos tiempos de presupuestos rápidamente reducidos y recursos limitados, es cada vez más importante estimar con precisión el beneficio relativo, la carga, los riesgos y amenazas en que incurrirán los tipos y aplicaciones específicos de las tecnologías neurocientíficas, y desarrollar y mantener una postura proactiva para asegurar las posibilidades de estos desarrollos tanto ahora como en el futuro.
James Giordano, PhD, es profesor en los Departamentos de Neurología y Bioquímica, jefe del Programa de Estudios de Neuroética y codirector del Programa O'Neill-Pellegrino en Ciencias del Cerebro y Derecho y Política de Salud Global en el Centro Médico de la Universidad de Georgetown, Washington, DC. Su último libro es “Neurotecnología en seguridad nacional y defensa: consideraciones prácticas, preocupaciones neuroéticas”. Los puntos de vista expresados en este ensayo no reflejan necesariamente los del Proyecto Cerebro Humano de la UE, DARPA, la Junta del Estado Mayor o el Departamento de Defensa, a todos los cuales ha servido como asesor.
http://www.nationaldefensemagazine.org/articles/2017/5/11/weaponizing-the-brain-neuroscience-advancements-spark-debate